En esta
entrada voy a describir un programa de actuación para reconducir una conducta:
las rabietas de un alumno con TEA, para que sea positiva.
Es un alumno
de cuatro años que está escolarizado en 5º curso de Educación Infantil.
1. Análisis
de la conducta
Al comienzo de su escolarización
observamos que, de repente, al llegar la hora de ir al comedor, el alumno se
niega a salir del aula, se tira al suelo chillando y patalea haciendo mucha
fuerza física y mostrando una agresividad (patadas) inusual con los demás.
Al terminar la rabieta el niño cae
rendido de la tensión vivida, y muchas veces acaba llorando.
Este comportamiento sigue
manifestándolo muy a menudo (sobre todo los días en los que el niño está
cansado o presenta algún malestar físico) y en diferentes situaciones.
En el colegio esta conducta se da
principalmente dentro del aula y en ocasiones durante los desplazamientos por
los diferentes espacios del centro. Aparece con cualquier profesor o cuidador
que esté con él en ese momento.
2. Plan
de actuación
● Ante
esta situación lo primero que hacemos es observar cuando se desencadenan estas
rabietas, anotamos cual es la tarea que el alumno estaba haciendo en ese
momento: si estaba enfadado, cansado, si quería algo y no se lo dimos, si se
había caído, si habíamos cambiado la rutina,… en definitiva, todo aquello que
nos pueda ayudar a ver qué es lo que desencadena este comportamiento.
Hacemos
un registro y pensamos que la causa de la rabieta es la frustración (porque el
niño no consigue lo que desea y se frustra) y sobre todo los cambios de rutina.
Muchas
veces ocurre esto cuando el alumno está haciendo algo que le gusta mucho (como
por ejemplo dibujar en la pizarra) y llega la hora de ir a comer.
El
no saber con antelación lo que va a venir le pone excesivamente nervioso. Y
también el cambio de actividad, el terminar algo porque ahora toca otra cosa.
●
Empezamos a actuar:
-
Intentamos prevenir la aparición de la
conducta procurando crear un ambiente motivador, afectivo, positivo, predecible
y adaptado a sus intereses y capacidades, con el objetivo de facilitarle una
organización del espacio y del tiempo que favorezca la comunicación y que
fomente la autonomía.
-
Cuando haya una rabieta, en principio la vamos
a ignorar. Seguiremos haciendo otra cosa
y le diremos tranquilamente que no le vamos a hacer caso si no se
levanta del suelo y no deja de gritar.
-
Cuando empieza a dar patadas intentamos contener
la rabieta sujetándolo y diciéndole con voz calmada que no le vamos a
atender si no deja de dar patadas.
-
Empezamos con la modificación de conducta, hacemos
pictogramas plastificados con las normas de comportamiento del aula para
repasarlos y recordarlos todos los días a la hora de la asamblea.
-
Elaboramos una agenda con pictos para saber lo
que vamos a hacer cada día en el cole y para aumentar su tolerancia a los
cambios.
Los cambios los vamos a ir introduciendo
poco a poco para que compruebe que no pasa nada si toca algo y no se hace ese
día.
-
5 minutos antes de cambiar de actividad le
avisamos 3 ó 4 veces para que no le coja de sorpresa, por ejemplo si toca ir a
comer se lo vamos anunciando y se lo recordamos varias veces para que al niño
le de tiempo de asimilarlo.
-
Hacemos un comunicador portátil con todos los pictogramas
que necesitamos para que el niño nos pida lo que quiere en todo momento.
-
Ante los cambios de actitud, incluso por muy
pequeños que sean, nos acercamos a él y le decimos que lo está haciendo muy bien, que cuando se calma nosotros le
atendemos, y reforzamos siempre sus intenciones de acabar con el enfado.
3.
Registro y evaluación de la actuación
Realizaremos
el seguimiento de la intervención elaborando un registro en el que se anotarán
los comportamientos inadecuados del alumno y los resultados de las técnicas
empleadas y las propuestas de mejora.
HOJA DE REGISTRO
FECHA
|
ANTECEDENTES
¿Cuándo ocurre?
¿Dónde ocurre?
¿Quién está presente?
¿Qué está haciendo?
|
CONDUCTAS INADECUADAS
Forma en la que se presenta
Intensidad de la conducta
Duración
|
CONSECUENTES
Intervención realizada
|
Os dejo dos modelos de
paneles de comunicación que se pueden utilizar para la modificación de la
conducta; uno referido a necesidades básicas y otro con las actividades
cotidianas que se realizan dentro del aula de Infantil.
Y este es el comunicador portátil
que nos va a ser muy útil para que el niño nos diga lo que quiere en cualquier
momento, incluso para darle a elegir entre varias opciones, por ejemplo a la
hora de jugar (tablet, puzzle, pelota,…).
Estas herramientas (paneles de
conducta y comunicador) se usan en casa y en el colegio para reforzar así lo
aprendido, y deben ser iguales en los dos contextos.
Por último,
solamente decir que las rabietas pueden mejorar, reducirse y controlarse con
mucha paciencia y sobre todo con un enorme esfuerzo por parte de los
profesionales que trabajan con el alumno, de la familia y del propio niño.
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